Estamos viviendo en el tiempo más
importante de la historia de la tierra. Jesús viene muy pronto y tenemos que
dejar a un lado todo nuestro orgullo y vanidad, de tal manera que Su Santo
Espíritu pueda ser derramado en nuestras almas, y que la obra de Dios en la
tierra pueda ser terminada. Dios quiere usarlo a usted para alcanzar a otras
almas, de modo que la madurez de vuestro carácter es la cosa más importante.
Que Dios nos ayude a todos a medida que nos acercamos al fin del tiempo de
gracia, a vivir de acuerdo con lo que enseña la Biblia.
Vayamos en nuestras Biblias a Apocalipsis 17. Quiero mostrarles algo
acerca del pueblo de Dios del fin del tiempo, el cual sobrevivirá al violento
ataque. Los versículos 3-4 nos hablan de la gran prostituta simbólica, o la
iglesia impía que gobierna el mundo.
“Y me llevó en el espíritu al
desierto. Allí vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata, que tenía siete
cabezas y diez cuernos, y estaba cubierta de nombres de blasfemia. La mujer
estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y
perlas. Y en su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las
impurezas de su fornicación”.
Observe cómo está vestida esta mujer. Ella posee bonitos colores. ¿Por
qué se viste ella con estos colores? Es porque son engañosos y ella los puede
usar para engañar a las personas para que la sigan a ella en vez de seguir a
Cristo. Ella se ve bien, pero está putrefacta y sucia, y se ha vuelto una gran
prostituta, porque ha cometido fornicación espiritual con los reyes de la
tierra. En otras palabras, esta es una iglesia geopolítica con una religión
geopolítica. La prostituta le pertenece a Satanás.
Esta mujer con una religión
mundial y un poder geopolítico es la mujer de Satanás, o la iglesia de Satanás.
Y el versículo 5 deja todo esto muy
claro: “Y en su frente tenía escrito este nombre: ‘Misterio, la gran
Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra’”.
Esto es muy serio. Ella no solo es una prostituta espiritual,
sino que es la madre de todas las iglesias falsas que enseñan falsas doctrinas.
Ella les ha enseñado a sus hijas cómo practicar la fornicación con los reyes de
la tierra. Y si usted está prestando atención, observará que los líderes del
mundo a menudo consultan a líderes religiosos de distintas ideologías.
También aprendemos de estos
versículos que esta mujer está cubierta de oro y piedras preciosas y perlas. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué la
Biblia retrata a esta mujer teniendo todos esos ornamentos y adornos? Yo lo he
hecho, y creo que es significativo. Yo creo que Dios está enviando un mensaje a
su última generación, la cual le estará prestando atención en estos últimos
días, y que la manera en que esta mujer se adorna a sí misma es una advertencia
para todo el verdadero pueblo de Dios. Ellos harán exactamente lo contrario
si es que son fieles a Jesucristo. Ellos no irán tras las falsas doctrinas de
las iglesias prostitutas, las cuales son de hecho, las hijas de Roma. Ellos
tienen una fe simple, y poseen un adorno natural. Después de todo, son Su
pueblo, no son de Satanás.
Mire el versículo de Apocalipsis 12:1, que describe a la mujer pura, o
a la iglesia pura. “Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer vestida del
sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce
estrellas”.
Observe el contraste entre esta
mujer, o la iglesia de Dios, y la prostituta. Son muy diferentes. Sí, sus descripciones
son simbólicas. Pero los símbolos usados son representaciones terrenales
familiares. Una es simple en la fe, se
la describe con adornos simples, no con oro ni plata ni con joyas hechas por
hombres, sino con el sol, la luna y las estrellas. Estos símbolos
representan sus caracteres, los cuales son puros e incontaminados de las
costumbres mundanas. Son representaciones grandes y nobles del amor y del poder
de Dios y de las bendiciones del cielo. El pueblo de Dios estará simplemente
expresando el adorno interior del corazón.
Pero el pueblo de Satanás estará lleno de estilos de vida baratos,
sensuales y mundanos, incluyendo su música, entretenimiento, alimentación y
adornos. La Biblia hace este contraste entre ambas iglesias porque nuestro
Padre celestial quiere que se entienda que existe en el corazón pecaminoso del
hombre un deseo de hacer que la experiencia exterior sea más atractiva para la
naturaleza humana carnal.
La prostituta de Apocalipsis 17
está envuelta en el espiritismo. Sus joyas hacen parte del sistema místico de
adoración. Toda adoración pagana involucra la adoración de deidades a través
del uso de ornamentos y decoración personal, la cual supuestamente tiene
poderes mágicos.
El Salmo 135:15 dice: “Los ídolos
de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombre”.
Por lo tanto cuando colocamos sobre nuestros cuerpos ornamentos de
plata y oro, estamos glorificando lo que los hombres hacen con sus manos. Pero
estamos haciendo mucho más que eso. Le estamos dando un homenaje a los principios
de Satanás. De una manera similar, los Protestantes que no guardan el santo
Sábado de Dios, y guardan como sagrado el domingo, también le están dando un
homenaje a Roma, ya que fue Roma la que cambió el Sábado por el domingo para
casi todo el mundo cristiano.
Esta historia de las joyas es muy
importante que sea entendida, especialmente en su relación con las iglesias
caídas y el pueblo que las apoya.
Primero, debe ser observado que
el anillo de bodas posee realmente sus raíces en el espiritismo. Los ocultistas
dejan claro que su historia tiene raíces en los misterios y en las enseñanzas
secretas del ocultismo.
Manly Palmer Hall, por ejemplo,
en su libro de ocultismo titulado Enseñanzas Secretas de Todas las Edades, dice
que “este pedazo real de oro [el anillo de bodas]… testimonia de la unión del
alto ser (dios) con el bajo ser (naturaleza) y la ceremonia que consuma esta
unión indisoluble de lo divino con lo humano en una única naturaleza de la
iniciación mística, constituye el matrimonio hermético de los Misterios”.
Es extraño, ¿no es verdad? Está hablando de espiritismo. El anillo de bodas
también representa la eternidad y la inmortalidad del alma, y de varias deidades.
Esto lo vincula al espiritismo pagano.
Los anillos fueron usados entre
los antiguos egipcios, griegos y romanos con diversos propósitos. Pero casi siempre
tenía que ver con el espiritismo. En las
antiguas sociedades paganas, todos los anillos eran mágicos y sagrados. Fueron
usados para conseguir fortunas o para adivinación. También estaban vinculados a
los pronósticos del zodíaco. Los antiguos adivinadores también usaron anillos
encantados para predecir el futuro. Llevar el anillo hacía que los antiguos
adivinos pudiesen tener poder y energía, para conducir sus actividades mágicas,
tales como predecir el futuro y sanar enfermedades.
En la Iglesia Católica, la versión cristianizada de la adoración pagana
y de las prácticas ocultistas, el Papa usa un anillo de oro con una costosa
esmeralda u otra gema preciosa colocada en él. Es llamado el Anillo del
Pescador y es su símbolo de sucesión desde el apóstol Pedro, su símbolo de
autoridad. En realidad, sin embargo, este anillo es una mera adaptación del
paganismo.
Hay muchas maneras en las cuales
la Iglesia Católica Romana usa anillos ceremonialmente. Por ejemplo, durante la
liturgia oficial de la consagración de un Obispo, “el consagrador levanta y
bendice el anillo… Entonces él asperja agua sobre el anillo, y sentado con su
mitra puesta, él mismo coloca el anillo en el dedo de la mano derecha del
consagrado…”. Es el símbolo del matrimonio sacerdotal con la iglesia.
Yo les explico esto, de modo que
puedan entender las imágenes y el significado que tiene para la Iglesia
Católica el uso de anillos por parte de los sacerdotes. Fuera de ser un símbolo
de matrimonio con la iglesia, es un símbolo de su oficio y de sus poderes. El
anillo está centralizado en la autoridad papal. Los católicos que han tenido
una audiencia personal con el Papa, besan su anillo como un símbolo de su
sumisión a su autoridad.
Pero a pesar de sus orígenes paganos y de su adaptación al así llamado
cristianismo, anillos y joyas de todos los tipos son usadas comúnmente a través
de toda la sociedad, sin siquiera otorgarle ningún pensamiento a sus
significados.
En realidad, hoy tanto los
hombres como las mujeres adornan el cuerpo con todo tipo de obras producidas
por las manos de los hombres. ¿Ha observado usted todos los tipos de
“piercings” que últimamente usan las personas? Están llevando el fanatismo de
las joyas y de los adornos al siguiente nivel. Antiguamente, los “piercings” colocados en el cuerpo y los anillos eran
muy comunes entre los adoradores paganos y por la sociedad en general.
Pero necesitamos entender como
Dios ve este asunto del adorno exterior. Escuche lo que Dios dice en Isaías
3:16-21. Hablando de su pueblo apóstata, Dios les muestra cómo ellos mismos se
adornan, como una evidencia de su apostasía.
Hablando de las calamidades que
vendrían sobre Judá, Su iglesia, Dios
dice a través del profeta: “Dice el Eterno: ‘Las hijas de Sión se han
ensoberbecido, y andan con el cuello erguido y los ojos desvergonzados. Caminan
con pasos cortos, haciendo sonar los adornos de los pies. Por tanto, el Señor
pelará la cabeza de las hijas de Sión, el Eterno descubrirá sus partes
secretas. Aquel día quitará el Señor el atavío de los calzados, las redecillas
y las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, las
cadenillas de los tobillos, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,
los anillos y los joyeles de la nariz”. Y en el versículo 26, Dios dice: “Sus puertas
se entristecerán y enlutarán. Y ella, desamparada, se sentará en tierra”.
¿Quiere usted lamentarse y llorar
y estar espiritualmente desolado? Desde luego que no. Usted quiere una
espiritualidad madura y quiere tener todo el poder de Dios en su vida. ¿No es
así? De paso, “ojos desvergonzados” son ojos que han sido maquillados para
parecer lujuriosos y lascivos. Un “zarcillo” es un collar. Observe que la Biblia también condena los joyeles de la nariz.
¿Qué cree usted que significa
“atavíos de los calzados”? En otras palabras, el uso de joyas, u ornamentos
tintineantes, los cuales son bravatas, u ostentoso y orgulloso.
¿Usted ha observado cuántas joyas usan las personas en estos días,
incluyendo los joyeles de la nariz y los aros y otros ornamentos llamativos?
¿Cree usted que el uso expandido de las joyas es una señal de los tiempos? ¿Es
esta una señal de apostasía y rebelión?
He aquí las palabras de Jeremías
4:30. “Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te
adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te
engalanas. Tus amantes te despreciarán, buscarán quitarte la vida”.
Observe que el profeta Jeremías hace una relación entre adorno externo,
maquillaje y otros adornos con prostitución y fornicación. La inmoralidad
sexual en las Escrituras es a menudo usada para ilustrar la apostasía
espiritual, ¿no es verdad? Cuando los hombres y las mujeres dejan a Dios, se
vuelven hacia los adornos como una señal de su apostasía.
He aquí las palabras de Ezequiel
23:40. “Además, hasta enviaron mensajeros para traer hombres de lejos. Cuando
llegaron, por amor de ellos te lavaste, pintaste tus ojos, y te llenaste con
adornos”.
Dios estaba amonestando a Su
pueblo, a Su iglesia, porque su maquillaje y sus joyas, eran una señal de su
apostasía al ir en pos de extranjeros. Al involucrarnos con el movimiento
ecuménico, estamos de hecho yendo en pos de los extranjeros. Tenemos que cambiar lo que creemos, lo que enseñamos, y de la manera
en que actuamos, para poder ser aceptados por estos extranjeros, así como
aquellas que pintaron sus ojos y se llenaron de adornos en los días de
Ezequiel.
Oseas 2:13 dice: “La castigaré
por incensar a los Baales, por adornarse con sus zarcillos y joyeles, y por ir
tras sus amantes y olvidarse de mí”, dice el Eterno”.
Baales es el plural Baal. Nuevamente, observe la relación entre los
adornos terrenales externos, la prostitución espiritual, la adoración pagana y
el olvidarse de Dios. Aquellos que adoran a dioses paganos, o, en otras
palabras, falsos dioses, normalmente son llevados a usar adornos externos y
joyas.
El profeta Sofonías dice en el
capítulo 1:7-8. “Calla en la presencia del Señor, del Eterno, porque el día del
Señor está cerca, porque él ha preparado sacrificio, ha consagrado a sus
convidados. En ese día del sacrificio del Eterno, castigaré a los príncipes, a
los hijos del rey y a todos los que visten a la moda extranjera”. La moda
extranjera es aquella que no es aprobada por el Señor, de la misma manera en
que fueron usadas las palabras “dioses extraños”.
Algunas personas dicen que las únicas Escrituras que los cristianos deben
seguir, es el Nuevo Testamento. Ellos dicen que somos “Cristianos del Nuevo
Testamento” y que no tenemos que guardar los principios del Antiguo Testamento.
Por lo tanto, sería mejor si le damos un vistazo al Nuevo Testamento.
Pero antes que lo hagamos, permítame decirle que aun cuando los verdaderos
seguidores de Cristo determinan la verdad buscando en todas las Escrituras, el
Nuevo Testamento es tan claro como el Antiguo Testamento en relación al adorno
externo del cuerpo.
Cuando examinamos los escritos de
Pablo y de Pedro, por ejemplo, dos de los apóstoles más notables, aprendemos
que ninguno de ellos le dio la más mínima oportunidad al uso de joyas. Pablo
escribe claramente acerca de este tema. En
1ª Timoteo 2:9 él dice: “También que las mujeres se atavíen con ropa decorosa,
con pudor y modestia. No con peinado ostentoso, ni con perlas o vestidos
costosos”.
Pablo nos dice que Dios requiere
modestia, lo cual significa evitar llamar la atención sobre uno mismo. Las
joyas y otros adornos llaman la atención. De paso, ropa decorosa significa
modestia y humildad, y sobriedad significa que usted debe andar con seriedad o
gravedad, sin estar triste.
Y el apóstol Pedro también habla claramente acerca de adornos cuando
dice en 1ª Pedro 3:3: “Vuestro adorno no sea exterior con peinados ostentosos,
atavíos de oro, o vestidos lujosos”.
En otras palabras, tenemos que vivir de tal manera que no
llamemos la atención sobre nosotros mismos debido a nuestros adornos, o a la
manera como fijamos nuestros cabellos, o a la manera como nos comportamos.
Estas cosas disminuyen la influencia del cristiano. Entre paréntesis,
“peinarse el cabello”, se refiere a la antigua práctica oriental de colocar
cosas en o sobre el cabello para hacerlo más distinguido o supuestamente para
“verse bien”. A menudo ellos usaban largos cabellos adornados para llamar la
atención de los demás hacia la persona en cuestión. Aparentemente era una cuestión
de moda en los días de Pedro, trenzar el cabello en intrincadas y fantásticas
trenzas.
El apóstol Pedro sigue diciendo
en el versículo 4: “Sino interno, del
corazón, en incorruptible belleza de un espíritu manso y tranquilo, que es de
gran valor ante Dios”.
En otras palabras, debiera verse
el carácter, y no un adorno superficial externo del cuerpo. Las joyas son
corruptibles y un día, también serán destruidas.
Tal como lo expuse antes, todas
las sociedades paganas usaron joyas. La
Biblia nos dice que los Egipcios las usaron (Ver Éxodo 12:35, Génesis
41:42-44), porque se les dijo a los Israelitas que recolectaran las joyas de
los Egipcios antes de salir de Egipto. No era para que se las pusieran, sino
para que salieran con algo de valor monetario, y el oro y la plata y las joyas
era el pago ideal por todo su trabajo como esclavos.
Los Madianitas también usaron las joyas (Ver Números 31:1-2,7, 49-51),
los Ismaelitas (Ver Jueces 8:24, Salmo 83:2-7), los Medas y los Persas (Ver
Ester 3:8-12), los Amonitas, los Moabitas, los Hijos del Monte Seir (Ver 2
Crónicas 20:22-25), los Filisteos, los Sidonios, de quienes vino la impía
Jezabel (Ver 1 Samuel 6:4, 8, 2 Reyes 9:30), y desde luego, los Babilonios (Ver
Daniel 5:7, 13, 16-17).
Además, siempre que Israel apostató, trataron de suplir la falta de
adorno espiritual del carácter con adornos externos del cuerpo. Se nos
recuerdan las palabras de Isaías que ya leímos acerca de los “cuellos
erguidos”, el remilgo con que caminan, y todos los adornos de la cabeza, del cuello,
de los oídos, de la nariz, y de los tobillos.
¿Ha observado que Dios retrata la
apostasía con el uso de joyas? Yo creo que eso es significativo. ¿Cuán a menudo
escucha usted a pastores que les dicen a sus congregaciones lo que la Biblia
dice acerca de las muchas formas de adornos que sus miembros traen a la
iglesia? A menudo durante campañas
evangelísticas, los evangelistas se excusan a si mismos por no hablar acerca de
adornos, porque dicen: “Estos nuevos miembros pueden aprender acerca de estas
cosas más tarde”. ¿Pero los pastores, hacen normalmente algún tipo de
seguimiento? Y si lo hacen, ¿cuán fácil es convencer al nuevo miembro para que
deje de usar joyas? Esa es una de las razones por las cuales estoy compartiendo
estas cosas con usted hoy. Usted necesita saber lo que la Biblia dice, para que
pueda decidir correctamente, o que pueda ayudar a otros. Esto es realmente muy
importante.
Amigos, Dios nos está llamando
para que sigamos todos Sus consejos y todas Sus leyes. No debemos vivir para llamar la atención sobre nosotros mismos. Eso es
orgullo. La Palabra de Dios es para nosotros el más precioso tesoro que
tenemos. Es vital que observemos todo lo que Dios nos ordena. Entonces
prosperaremos. ¿Cree usted también en eso? ¿Cómo puede alguien del verdadero
pueblo de Dios, hombre o mujer, usar adornos terrenales externos, cuando la
palabra de Dios es tan clara tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo
Testamento? ¿De dónde vinieron todos esos adornos original-mente?
La Biblia nos cuenta que Lucifer estaba adornado con piedras preciosas
y con oro. Ezequiel 28:13 dice: “En el Edén, en el huerto de Dios estuviste.
Toda piedra preciosa te adornaba: rubí, topacio y esmeralda; crisolito, ónice y
jaspe; zafiro, turquesa y berilo. De oro eran tus engastes y adornos,
preparados desde el día en que fuiste creado”.
¡Dios hizo a Lucifer hermosísimo! Estaba lleno de belleza. Cada una de estas
piedras es de un color diferente, y al resplandor de la luz celestial,
especialmente cuando se está en la presencia de Dios y de Cristo, el arco iris
de colores de Lucifer era algo magnífico. Tómese un momento para imaginarse
cómo se veía ese ser celestial. Ciertamente era el ser creado más hermoso que
había. Todo el cielo debe haber estado impresionado con su destello y con su
imponente magnificencia.
Pero el corazón de Lucifer se volvió orgulloso y vanidoso. Él quería
ser como Dios. Permítame leerle Ezequiel 28:15-16. “Perfecto eras en todos
tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
A causa de la multitud de tus tratos fuiste lleno de iniquidad, y pecaste. Por
eso te eché del monte de Dios, te arrojé de entre las piedras de fuego, oh
querubín protector”.
Lucifer tuvo el privilegio de
ministrar ante el Dios Todopoderoso en la misma sala donde está el trono. Pero
él quería más. Isaías 14:13-14 dice lo siguiente de Lucifer: “Tú que decías en
tu corazón: ‘Subiré al cielo, en lo alto, por encima de las estrellas de Dios
levantaré mi trono, en el Monte de la Reunión, al lado norte me sentaré. Sobre
las altas nubes subiré, y seré semejante al Altísimo’”.
Qué terrible tragedia. El ser más exaltado y hermoso que jamás haya
sido creado quería llegar aún más alto. Él quería tener la autoridad del propio
Creador. Él quería ser como el propio Dios. Pero debido a su pecado, Lucifer,
ahora Satanás, fue arrojado fuera del cielo, y fue removido de su posición y
otro fue colocado en su lugar.
Cuando Satanás se rebeló, se
rebeló en todas las áreas de la vida. No es necesario decirlo, él pervirtió
todo lo que Dios intentó que fuese bueno. Las joyas y los adornos de todo tipo
se han vuelto un vehículo para exaltar el yo.
Y cuando Satanás tienta a los
pobres seres humanos mortales, los tienta para que sean como él. Él quiere que
nosotros seamos orgullosos y vanidosos. En otras palabras, él quiere que
nosotros adoremos el yo.
De manera que él usa cualquier
vehículo que esté disponible para manifestar su rebelión en nosotros,
incluyendo la música y el entretenimiento, la alimentación, la lujuria, y los
adornos. Existen otras maneras de manifestar orgullo, pero todas las formas de
oro, piedras preciosas, perlas y otros adornos obvios son su intento para hacer
con que usted sea como él, orgulloso y vanidoso, algunas veces de una manera
muy sutil. Y como es algo tan común en nuestra sociedad, pareciera ser que es
de poca o de ninguna importancia. Al parecer, todos lo hacen.
Los adornos externos revelan el verdadero centro de nuestra propia
atención. Nos muestra que estamos realmente interesados en llamar la atención
hacia nosotros mismos en vez de a Dios.
Pero realmente hace algo más que
eso. El uso de adornos externos por hombres o mujeres, revela la superficialidad
de nuestros caracteres y el vacío espiritual de nuestras almas. Aquellos que
son cristianos maduros no necesitan ningún adorno externo, ya sean anillos o
collares, brazaletes o broches. La simplicidad del vestido es un principio del
Reino del Cielo. El adorno del Cielo es el carácter. ¿Qué más necesita un
verdadero cristiano para ser recomendado?
Los adornos externos son una forma de vanidad, lo cual significa ser
llamativo, ostentoso, jactancioso y atrayente. Aun cuando no todos los que usan
joyas manifiestan un espíritu orgulloso o jactancioso superficialmente, existe
sin embargo, una auto-exaltación subyacente.
Hoy en día, la iglesia de Dios es superficial en su mayoría. Se
puede ver de muchas maneras. A menudo los sermones que son predicados desde los
púlpitos modernos, son vacíos y proveen poca profundidad más allá de los
mensajes evangélicos básicos. Aún más raros son los miembros de iglesia que se
atreven a ver la Biblia a la luz de los tiempos finales, o vivir de acuerdo con
lo que dice la Biblia.
La superficialidad se ve a menudo
en la elección de la música. En vez de
los poderosos himnos con textos ricos y significativos, las iglesias usan ahora
a menudo coros de alabanza, los cuales usan un lenguaje superficial
repetidamente. El énfasis de la música está en los sentimientos, no en el
desarrollo del carácter o en los grandes temas del evangelio.
Otra manera en que algunas iglesias revelan superficialidad es en el
uso de entretenimientos para atraer a los adoradores hasta los bancos de las
iglesias, tales como payasos, mimos y otras representaciones, las cuales
representan mal el evangelio del humilde y amoroso Jesús.
Y nuevamente, esta misma
superficialidad se ve cuando existe un énfasis en doctrinas ecuménicas, o en
ideas basadas en puntos comunes de la fe con otras iglesias ecuménicas, en vez de presentar la verdad que ha sido
especialmente provista para aquellos que viven en estos últimos días.
Lo que yo estoy diciendo es que
existe un conjunto compuesto de características que van lado a lado cuando una
iglesia o sus miembros carecen de profundidad espiritual. Cuando nuestra experiencia con Dios se vuelve superficial,
inevitablemente envuelve otras formas de superficialidad, incluyendo el uso de
joyas y otros adornos.
Aun cuando hay algunos cristianos
sinceros y genuinos que usan joyas, esto se debe a que ellos no en-tienden el
principio bíblico relacionado con el adorno. Están desinformados a respecto de
la enseñanza de la Biblia, y probablemente nadie se los ha enseñado jamás. Aun
cuando Dios puede no tenerlos como responsables por aquello que no tuvieron la
oportunidad de conocer, ser negligente en seguir el consejo bíblico en relación
a cómo debemos vivir, cuando esto nos es revelado, es impedir conocer completa
y maduramente a Dios.
Un cristiano maduro es quien escudriña las Escrituras diligentemente,
orando para que el Espíritu Santo le hable acerca de cualquier cosa que no esté
en conformidad con los principios del cielo.
Proverbios 8:13 nos dice que: “El
temor del Señor es aborrecer el mal, la soberbia, la arrogancia, el mal camino
y la boca perversa”. Eso significa que evitaremos el uso de cualquier cosa que
tienda a exaltar el orgullo o aun la más leve forma de arrogancia. Esto es para
mí, mis amigos, y para todos nosotros. Existen muchas maneras en las cuales
podemos conducirnos orgullosamente. Somos propensos a eso, y a menos que lo
combatamos con todo nuestro poder, caeremos en la trampa de Satanás y seremos
jactanciosos y engreídos.
1ª Juan 2:16 dice que: “Porque
todo lo que hay en el mundo los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos y la
soberbia de la vida no procede del Padre, sino del mundo”.
Ustedes pueden ver, mis amigos,
que tenemos que crucificar el yo y evitar cualquier cosa que pueda hacer que el
orgullo sea levantado. Las joyas son uno de esos elementos del orgullo de la
vida. Algunos pueden argumentar que no son orgullosos al usar adornos externos.
Pero hay una dificultad. Es muy sutil. Aquellos que se han vuelto orgullosos
normalmente no lo reconocen, y dan muchas excusas al respecto. Están siendo
engañados y piensan que todo está bien con Dios.
¿Se acuerda usted cómo Dios lidió con el orgullo de Nabucodonosor? “Y
dijo: ‘¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué con la fuerza de mi poder,
para residencia real y para gloria de mi grandeza?’ Aún estaba la palabra
en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo, que dijo: ‘Rey
Nabucodonosor, a ti se te dice: El reino es traspasado de ti. De entre los
hombres te echan, vivirás con las bestias del campo y como a los bueyes te
apacentarán. Y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el
Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y a quien él quiere lo da’. En
la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor. Fue echado de entre
los hombres. Y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío
del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las
aves”. Eso está en Daniel 4:30-33.
Menos mal que Nabucodonosor se
arrepintió de su orgullo pecaminoso, y eventualmente fue restaurado a su reino.
Piense también cómo Dios lidió con el rey Herodes. Leemos acerca de
eso en Hechos 12:21-23. “En un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se
sentó en el tribunal, y les arengó. Y el pueblo aclamaba: ‘Voz de Dios y no de
hombre’. En el mismo instante, por cuanto no dio la gloria a Dios, un ángel del
Señor hirió a Herodes, y expiró comido de gusanos”.
También, Dios lidió con el orgullo de Edom. “La soberbia de tu
corazón te ha engañado. Tú moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima
morada, y dices en tu corazón: ‘¿Quién me derribará a tierra?’ Aunque te
encarames como águila, y entre las estrellas pongas tu nido, de ahí te
derribaré —dice el Eterno”. Eso está en Abdías 1:3-4.
Ustedes pueden ver, mis amigos,
que el orgullo es muy ofensivo para Dios. Es algo que no puede ser tolerado en
el reino eterno, porque ese pecado se repetiría a sí mismo. Cristo nos da la
oportunidad de cooperar voluntariamente con Él para humillarnos a nosotros
mismos y así poder aprender a vivir humildemente. Este es el mensaje subyacente
de las Escrituras.
¿Ha leído Filipenses 2:5-8 recientemente? “Haya en vosotros la misma
mente que hubo en Cristo Jesús. Quien, aunque era de condición divina, no quiso
aferrarse a su igualdad con Dios, sino que se despojó de sí mismo, tomó la
condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Y al tomar la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz”.
Y 1ª Pedro 2:21-23 nos dice que:
“Para eso fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por vosotros,
dejándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado, ni fue
hallado engaño en su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba al que juzga con justicia”.
Hermanos, esta es la manera en
que debiéramos vivir en estos últimos días.
Tenemos que seguir los pasos de Jesús en todo. Nuestras vidas debieran ser
moldeadas conforme a la Suya. Él fue nuestro ejemplo. Él no hizo nada para
promoverse a sí mismo, sino que todo lo hizo para glorificar a Su Padre que
está en el cielo. Nosotros a su vez, tenemos que glorificar a Cristo en cada
detalle.
Pero escuche lo que Dios va a
hacerle a aquellos que usan joyas y otros adornos de la moda. Se encuentra en
Jeremías 4:30. “Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque
te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te
engalanas. Tus amantes te despreciarán, buscarán quitarte la vida”.
Los adornos externos son vanos. Ellos revelan nuestra inseguridad básica
y necesitan mirar cierto camino en los ojos de nuestro prójimo. En contraste
con los adornos mundanos, Jesús habló de los lirios del campo en Mateo 6:28-29.
“Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo
crecen sin fatigarse ni hilar. Sin embargo, os digo que ni Salomón con toda su
gloria, se vistió como uno de ellos”. Usted se acuerda de la historia de
Salomón, ¿no es verdad? Salomón estaba lleno de vanidad en toda su jactanciosa
gloria. Cuando Salomón dejó a Dios, su corazón se engrandeció con orgullo.
Cristo estaba ilustrando la condición para tener un carácter bello. Tenemos que
revelar las gracias del carácter cristiano, lo cual nos dará más belleza que el
oro, o la plata, o los diamantes, o las per-las.
La belleza que Dios le da a usted en su carácter es como los lirios
del campo. Él no trata que usted se levante a sí mismo con artefactos que
llamen la atención.
Su sonrisa, y el centelleo de sus ojos es un adorno más bello que
cualquier joya que usted pueda ponerse en su cuerpo. Su belleza en Cristo es
manifestada por Su presencia en su vida. Este es el verdadero adorno. Las
Escrituras dicen: “Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no fomentéis los malos
deseos de la carne”. Romanos 13:14. Esto significa que tenemos que evitar las
cosas que revelan orgullo. Tenemos que presentarnos a nosotros mismos de la
manera como Dios nos hizo, y de la manera en que Él nos ha recreado.
¿Qué es lo que Dios nos pide hacer con nuestras joyas y otros adornos?
Él nos dio claros ejemplos en la historia. Cuando Jacob estaba en
problemas, él le dijo a su familia que se purificaran y que estuvieran limpios.
Aquí está en Génesis 35:2 y 4. “Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los
que estaban con él: ‘Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros. Limpiaos,
y mudad vuestros vestidos’… Entonces dieron a Jacob todos los dioses ajenos que
tenían, y los zarcillos que llevaban en sus orejas. Y Jacob los enterró debajo
de una encina junto a Siquem”.
Y cuando Dios estaba enojado con
la iglesia en el desierto debido a lo que había sucedido con el becerro de oro
en la base del monte Sinaí, le dijo a Moisés, “Entonces el Señor dijo a Moisés:
‘Di a los israelitas: Vosotros sois un pueblo de dura cerviz. Si yo fuera con
vosotros, en un momento podría con-sumiros. Quitad vuestros atavíos para que yo
sepa lo que os he de hacer’. Entonces los israelitas se des-pojaron de sus
atavíos desde el monte Horeb”. Eso está en Éxodo 33:5-6.
La manera literal en que está escrito el texto al describir la
respuesta de los Israelitas fue que ellos “se quitaron sus ornamentos a partir
del monte Horeb en adelante” (Ver Éxodo 33:6, Versión NASB). La
remoción de las joyas simboliza un cambio de corazón. En ninguna parte del
Antiguo Testamento Dios le permitió a Israel que se colocaran nuevamente sus
joyas.
Tal como lo observamos antes, hubo un tiempo en la historia de Israel
donde estuvieron en un periodo de apostasía. Ahí nuevamente usaron joyas, pero Isaías
3 retrata el juicio de Dios por haber hecho eso. Él condenó el orgullo de ellos
por haber estado usando joyas. Esta demostración de orgullo era pecaminosa,
como lo es cualquier demostración de orgullo. Él realmente anunció que les
quitaría sus adornos.
Como usted puede ver, cuando Dios
llama a Su pueblo para que se presenten ante Él, les pide que se quiten sus
joyas. Pero esto es más que solo una prohibición temporal. En primer lugar,
ellos jamás debieran haber tenido esas joyas. Observe que el contexto de estos
versículos tiene que ver con la purificación del pecado. En el caso de Jacob,
la familia había ofendido a sus vecinos y los había engañado. Ahora estaban con
miedo y Jacob quería buscar la protección de Dios. Por lo tanto, le pidió a su
familia que se purificaran, removiendo todo tipo de idolatría, incluyendo sus
joyas.
En el caso de Moisés, el pueblo
había pecado contra Dios, y Dios los iba a castigar debido a su rebelión. Como
arrepentimiento, tenían que sacarse sus joyas y humillarse a sí mismos ante el
Señor.
Piense acerca de este versículo a la luz de lo que dice la Biblia
acerca de las joyas. Se encuentra en Ezequiel 7:19-21. Hablando de los últimos
días, justo antes que Jesús aparezca en las nubes de gloria, se nos dice que
todas estas cosas, que han sido tan valiosas para nosotros en esta vida, serán
sin valor. “Arrojarán su plata por las calles, y su oro será desechado. Ni su
plata ni su oro los podrá librar en el día del furor del Eterno. No satisfarán
su hambre, ni llenarán su estómago, porque ése fue su tropiezo para caer en su
maldad. La belleza de sus joyas fue el objeto de su soberbia. Con ellas
fabricaron sus abominables ídolos. Por eso se los convertí en basura. Y en mano
de extraños la entregué para ser saqueada. Será despojo de los impíos que la
profanarán”.
Además, Santiago 5:3 nos dice
que: “Vuestro oro y plata están enmohecidos, y su moho testificará contra
vosotros, y devorará vuestra carne como fuego. Habéis acumulado tesoros para
los últimos días”.
Los adornos de oro y de plata
juntamente con las piedras preciosas, perderán su valor y su atracción para
aquellos que se colocan bajo la ira de Dios. Todas esas cosas son parte de la
idolatría de nuestros tiempos. Pero el profeta Isaías nos dice en el capítulo 2
versículo 20: “Aquel día el hombre arrojará a los topos y murciélagos sus
ídolos de plata y de oro, que hizo para adorarlos”. Cuando adoramos al yo, lo
demostramos por la manera en que nos adornamos. De paso, los adornos pueden
incluir otras cosas fuera de las joyas, tales como tierras, casas de
recreación, autos y hasta una falsa piedad. En los días de Jesús, los Fariseos
alargaban sus filacterios, y alargaban los bordes de sus vestiduras. Esto era
un adorno exterior que caracterizaba la falsa piedad. (Ver Mateo 23:6)
Cuando usamos adornos externos, en esencia estamos llamando la
atención hacia nosotros mismos, lo cual es una forma de autoadoración e
idolatría. Estas cosas, que son hechas con manos humanas, un día serán
arrojadas a los topos y a los murciélagos.
En contraste, debemos glorificar
a Dios. El Salmo 29:2 dice: “Tributad al Eterno la gloria debida a su Nombre.
Adorad al Señor en la hermosura de su santidad”. Solamente la santidad de
carácter es atractiva para el cielo. Es con la santidad de carácter que tenemos
que adornarnos.
Pablo también nos dice en Romanos
13:11y 12 que: “Y haced esto conociendo el tiempo, que ya es hora de
levantarnos del sueño; pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando
creímos. La noche está muy avanzada. El día casi ha llegado. Desechemos las
obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz”.
Tal vez la razón más importante
por la cual debamos adornarnos con la santidad de carácter, se deba al tiempo
en que estamos viviendo. Estamos viviendo en una era impía y degenerada. Son
los últimos días y tenemos que despertar y desechar las obras de las tinieblas.
Pero más precisamente, estamos viviendo en el antitípico Día de la
Expiación. Todos los tipos y ceremonias de los servicios anuales del santuario
que fueron establecidos por el antiguo Israel bajo la dirección de Dios, tenían
que tener un cumplimiento anti-típico en el plan de salvación. Cada año, en el
Día de la Expiación, el pueblo tenía que tener una asamblea solemne y tenían
que afligir sus almas (o humillarse ante Dios), mientras el santuario era
purificado. La purificación del santuario significaba la purificación de la
iglesia y del pueblo de todo pecado y contaminación que estaban registrados en
los libros del cielo y en los corazones del pueblo.
El propósito de la purificación
del santuario en el antiguo Israel era el de simbólicamente remover los pecados
que habían sido colocados en el santuario a lo largo de todo el año, a través
de los sacrificios a favor del pecador. Como usted debe recordar, la sangre de
los corderos que eran muertos era asperjada en el santuario, removiéndolos
simbólicamente del pecador, pero también colocándolos en el santuario, para que
finalmente fuesen removidos para siempre durante el Día de la Expiación.
Simbólicamente, este proceso era un tipo de lo que Cristo está haciendo
en los últimos días. Durante el Día antitípico de la Expiación, Cristo está
purificando a Su iglesia y a Su pueblo de todo pecado, y les está mostrando
cómo vivir para no caer en pecado. Esto es importante, porque ellos van a pasar
por el último tiempo de angustia, o tribulación, antes que Jesús venga, estarán
viviendo a la vista de un Dios santo sin un mediador. La única razón por la
cual necesitamos un mediador, es porque pecamos. Pero después del cierre de la
gracia, no habrá nadie que pueda mediar, porque Cristo habrá dejado el santuario
en el cielo. Eso significa que los verdaderos seguidores de Cristo tendrán que
vivir sin pecar durante un periodo de tiempo antes que Jesús venga, y desde ahí
por toda la eternidad.
Ellos no estarán solos. Cristo
estará viviendo en ellos a través de Su Espíritu Santo. Ellos tendrán una
completa victoria sobre todo pecado, y sus vidas reflejarán Su imagen completa
y maduramente. Ellos habrán afligido sus almas debido a la pena por el pecado.
Se habrán humillado a sí mismos ante Dios en completa contrición y
arrepentimiento. Cristo habrá llenado los vacíos de sus vidas debido al daño
del pecado. Él les habrá revelado todas las áreas de sus vidas que no son como
Él y que no reflejan Su carácter. Él habrá lidiado con ellos y los habrá
liberado.
De modo que en el tiempo actual,
el moderno Israel espiritual tiene que hacer lo mismo que hizo el antiguo
Israel, pero en un sentido espiritual. Tenemos que afligir nuestras almas y
humillarnos a nosotros mismos ante Dios, no solamente un día, sino que a través
de toda nuestra vida. Estamos viviendo en el periodo del anti-típico Día de la
Expiación, el cual comenzó en 1844 y que continuará hasta el cierre de la
gracia.
Así como el antiguo Israel,
nuestras vidas deben reflejar el solemne tiempo en el cual vivimos. El
propósito de la purificación del santuario es que nos humillemos a nosotros mismos.
Siempre que el antiguo Israel se humilló a sí mismo ante Dios, ellos removieron
sus joyas y sus adornos externos. El Día de la Expiación no tiene cabida para
el orgullo, y por lo tanto no hay lugar para las joyas. Después de todo, nos
estamos preparando para encontrarnos con el Rey de reyes y Señor de señores.
Mis Hermanos, este es un tiempo muy importante para estar vivos. Es tal
vez, el tiempo más importante para que el pueblo de Dios refleje Su imagen. Nos
estamos preparando para recibir el Espíritu Santo en el poder de la lluvia
tardía, o por lo menos eso debiéramos estar haciendo. Vivamos creyendo
realmente que Jesús viene muy pronto. No usemos nada en nuestras vidas que
pueda fortalecer nuestro orgullo y nuestro amor por la ostentación, y que reduzca
nuestra capacidad de entender y recibir el Espíritu Santo. Este es el tiempo,
de entre todos los tiempos, en que tenemos que tomarnos a nosotros mismos y a
nuestra fe en las Escrituras de una forma muy seria.